El arte de hablar con los niños y niñas: Reflexiones para un aprendizaje profundo mayo 31, 2024 – Publicado en: Uncategorized
En esta oportunidad leerás un artículo escrito por Rebecca Rolland, patóloga del habla y de lenguaje que se desempeña como profesora de la escuela de posgrado en Educación de Harvard, quien estuvo a cargo del 7mo Seminario organizado por Luminario “El arte de hablar con niños”.
El artículo original está escrito en inglés, desde Luminario hemos realizado una traducción con el propósito de que todos podamos acceder a la información brindada por Rebecca e implementarla en nuestras aulas.
En febrero de 2024, tuve el placer de presentar el seminario de Luminario sobre El arte de hablar con los niños/as. En este seminario, fue maravilloso ver la participación de las maestras y la cantidad de preguntas que formulaban sobre cómo podemos ayudar a lo/as niño/as pequeño/as a pensar profundamente y desarrollar su creatividad, incluso mientras afianzamos nuestro vínculo con ello/as.
En este espacio de aprendizaje, enfaticé la importancia de algunos componentes clave, entre ellos:
✔ Cómo las pequeñas conversaciones diarias estimulan la imaginación de lo/as niño/as y desarrollan su amabilidad, confianza y creatividad.
✔ La importancia de las conversaciones lúdicas para ayudar a lo/as niño/as a considerar muchas ideas y aprender a confiar en sí mismo/as.
✔ Las innumerables formas en que podemos aprovechar los conflictos entre niño/as para ayudarlo/as a aprender uno/as de otros y desarrollar sus habilidades sociales.
Ahora que estamos en mayo, me gustaría motivarlas a que se tomen un tiempo para revisar las estrategias que han estado usando, especialmente en términos de aprendizaje de lo/as niño/as. En mi experiencia como patóloga del habla y especialista académica, he podido notar que es fácil caer en el hábito de solo preguntar a lo/as niño/as: “¿Entiendes?”. o “¿Tiene esto sentido para ti?”
Cuando hacemos estas preguntas, es probable que el niño/a asiente con la cabeza o diga “Sí”. Incluso si no entiende, sabe que esa es la respuesta que estamos buscando. Además, mucho/as niño/as no saben cómo explicar lo que no entienden, ni siquiera lo bien que entendieron algo. Para lograr verificar su entendimiento más profundamente, sugiero que pongan en práctica algunas de las siguientes estrategias con los niño/as, ya seas maestro/a, padre, madre o, cuidador/a:
“¿Puedes darme otro ejemplo?”
Esta pregunta es especialmente efectiva cuando has brindado varios ejemplos de una categoría o mostrado el proceso de cómo funciona algo. Por ejemplo, en una clase sobre los mamíferos, podrías explicar las características de este grupo, enumerar diferentes animales que pertenezcan a esta categoría (osos, gatos, perros o caballos) y luego pedirle al niño/a otro ejemplo. Puedes dar seguimiento a la respuesta del niño/a con preguntas abiertas, como “¿qué hace que este animal sea un mamífero?”
“¿Puedes darme un ejemplo tonto o uno que no sea correcto?”
A lo/as niño/as, les gustan los juegos de broma, como fingir estar “muy equivocado/as” o hacerse pasar por un/a estudiante confundido/a”. Pedir a los niños/as un no-ejemplo, o lo opuesto a la pregunta inicial, les permite explorar de manera lúdica la categoría que estaban discutiendo y las razones detrás de pertenecer a dicha categoría. Invita a los niños/as a ser creativos/as. Por ejemplo, ¿qué tal un oso que pone huevos? ¿Sería un mamífero? ¿Y un delfín que respira como un pez?
“¿Puedes explicar a tus compañeros/amigos lo que dije con tus propias palabras?… ¡Y tal vez añadir tus propias ideas!”
Cuando escuchas las explicaciones de los niños/as, puedes identificar rápidamente si han entendido o dónde se encuentra la confusión. Les brindas la oportunidad de asumir responsabilidad y enseñarse uno/as a otro/as, mientras que aprenden a hacer preguntas de manera respetuosa. Además, permites que lo/as niños/as escuchen la información desde diferentes perspectivas, lo cual contribuye al aprendizaje colaborativo y fortalece los lazos entre ellos/as. Finalmente, al alentarlo/as a aportar sus propias ideas, promueves el uso de sus voces y su autonomía, animándolo/as a reflexionar creativamente sobre lo que están aprendiendo, más allá de limitarse a repetir tus palabras. A largo plazo, esta práctica ayudará a mantener viva su curiosidad.
“¿Qué pregunta tienes sobre lo que has escuchado?”
Se trata de un pequeño cambio, en lugar de preguntar a lo/as niños/as: “¿Tienen alguna pregunta?”, invita a lo/as estudiantes a que ello/as tomen la iniciativa de formular sus propias preguntas una vez finalizada la actividad. Cuando asumes que recibirás preguntas, es más probable que los niño/as pregunten sobre temas que se cuestionan o que no les quedaron claros. Esta es una gran oportunidad para debatir y aclarar confusiones, y, además, lo/as niño/as se sienten visto/as y escuchado/as.
Espero que estas ideas les sean útiles, mientras continúan mejorando su comunicación con los niño/as. Como siempre, estoy a su disposición para responder a sus preguntas y escuchar sus opiniones.
Saludos,
Rebecca Rolland, EdD